El mercado de las casas prefabricadas está gozando de una gran popularidad en los últimos años, en países como el nuestro, donde antes era prácticamente marginal.
España, a diferencia de Estados Unidos, Canadá o Francia, nunca se ha interesado demasiado por este tipo de construcciones.
Tal vez los españoles estábamos más concentrados en hacer florecer el mercado de la vivienda tradicional.
Muchos se aprovecharon de eso y especularon tanto con el precio de la vivienda que al final, aquella burbuja explotó, y las consecuencias las estamos pagando todos en forma de crisis económica.
Como ya vimos en el artículo acerca de la historia de estas viviendas, las casas prefabricadas empezaron a expandirse más allá de Norteamérica una vez que sus diseños eran lo suficiente evolucionados y parecidos a los de una casa tradicional.
Entonces empezaron a llamar la atención en Reino Unido, Francia o Canadá, primero como viviendas alternativas que podían ser colocadas cerca de la playa o en los bosques y entornos naturales, y más tarde, como auténticas viviendas familiares.
Desplazando en cierta manera a la vivienda tradicional, mucho más cara e inaccesible para algunos sectores de la población, que optaron por las casas prefabricadas como alternativa más económica.
En cambio, España nunca ha sido un país interesado en este tipo de viviendas, al menos hasta ahora.
El español siempre ha preferido la vivienda clásica de cemento y hormigón, acostumbrado a las obras y reformas interminables, buscando siempre dotar a su vivienda de una robustez a veces hasta exagerada, como temeroso de que la casa se le pueda venir abajo en cualquier momento.
Una actitud totalmente antagónica a la que tienen algunas familias estadounidenses, que no temen vivir en casas prefabricadas en lugares donde el clima es mucho más extremo que en España, con huracanes y tifones incluidos, que podrían dañar las estructuras de su casa mucho más fácilmente.
¿Y porqué estos yankees no tienen miedo? Porque saben que estas casas prefabricadas son resistentes, aunque pueda parecer lo contrario.
Y tal vez eso sea lo que nos falta por entender a los españoles, que seguimos viendo las casas prefabricadas como construcciones que pueden venirse abajo con cualquier temporal.
Conocer y tener toda la información posible acerca de estas viviendas, su modo de construcción, sus materiales, su historia y todas sus ventajas es algo básico para entender que son una alternativa real y barata a la vivienda tradicional.
Eso es algo que deberíamos apreciar en un país como el nuestro, en el que el acceso a la vivienda se ha convertido en un lujo más que en un derecho.
Pero por suerte, todo eso está cambiando en los últimos diez años.
El sector de las casas prefabricadas empieza a despuntar en nuestro país, tomando como ejemplo a nuestros vecinos franceses, y buscando también llegar al mismo nivel de calidad que los americanos, auténticos jefes en este sector, gracias a su más que dilatada experiencia en el mismo.
La existencia de cabañas y bungalows, normalmente importados de Norteamérica o Centroeuropa, supuso solo una pequeña avanzadilla para darnos cuenta de que estas construcciones pueden ser tan útiles y habitables como las casas tradicionales.
Sobre todo aquellas que cuentan con grandes ventajas con respecto a ellas, empezando por supuesto, por el precio.
Tal vez el mercado español sea así, y solo cuando la situación está peor y el precio es lo que más se mira, comencemos a tener en cuenta el sector de las casas prefabricadas.
El hecho de que las casas estuvieran a precios tan altos, casi imposibles de asumir por una familia normal, y la llegada de la crisis económica en 2008, haciendo que estas familias vean disminuido su poder adquisitivo, ha supuesto el verdadero trampolín para que la popularidad de estas casas suba como la espuma.
A su vez, las empresas dedicadas a este sector en España se han visto incrementadas, uniéndose a aquellas que ya suministraban casas prefabricadas desde hace años, y que cuentan con una mayor experiencia en el sector, tanto nacional como internacional.
Como ya vimos en el artículo sobre ventajas y desventajas de las casas prefabricadas, hay que tener muy en cuenta el lugar de ubicación de las mismas.
Parece que desde hace décadas, la gente ha querido irse a vivir a las ciudades, convirtiéndolas en grandes núcleos de población, en algunos casi al borde del overbooking, como puede pasar en Madrid.
Sin embargo, este tipo de casas prefabricadas no suelen ubicarse en suelo de ciudad, puesto que la parcela saldría excesivamente cara para montar una casa unifamiliar.
Por eso tienden a ubicarse en el extrarradio de las ciudades, o en zonas rurales. Eso no quiere decir que nos tengamos que ir a vivir al campo si no queremos.
Simplemente podemos buscar núcleos de población que no sean tan grandes y donde el suelo no esté tan caro, y si son cercanos a la gran ciudad, mejor que mejor, así disponemos de todas las opciones.
El sector está creciendo a pasos agigantados en los últimos años, y aunque todavía estamos lejos de Estados Unidos, donde 1 de cada 3 casas son prefabricadas.
Estamos seguros de que con la debida información y la cada vez más compartida experiencia de poseer una de estas viviendas, la situación se verá incrementada.
Los españoles tendremos realmente a las casas prefabricadas como una alternativa, y no solo para echar unos días en un camping o visitarlas como cabañas en el bosque.